De bién nacidos, es ser agradecidos, por lo que a l@s jóvenes que han tomado Sol en Madrid, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS. Habeis conseguido que renazca en mí la esperanza, ver una luz al final del túnel donde un futuro mejor es posible.
Me pongo a escribir estas líneas recién llegado de la acampada/concentración de la Puerta del Sol y vengo admirado, satisfecho y, como ya he dicho, agradecido de lo que [email protected] jóvenes han conseguido. Hacía muchísimos años que en el centro de la capital no se respiraba un aire tan saludable de respeto y libertad.
Han montado una ciudad a escala con una organización sorprendente, tan efectiva como ejemplar: las decisiones se toman en asmablea; existen zonas delimitadas para cada función o servicio (comunicación, información, archivo, orden, intendencia, etc..), incluso han organizado una guarderia; el orden, respeto, como ellos prefieren llamarlo, prima sobre todo y dejan bién claro que eso no es un botellón por lo que aconsejan no introducir bebidas alcohólicas. Cada uno se encarga de lo que tiene asignado, trabajan [email protected] para [email protected] y todo funciona como un reloj. Se ve, se siente la libertad de [email protected] y el respeto que tienen por los demás y por ellos mismos.
De violentos los han calificado algunos desinformados, interesados, resentidos e intoxicadores, siempre del mismo signo y desde los mismos sitios. Mentira, calumnia, nada más lejos de la realidad, si la policía no actúa. Tienen afán porque todo se haga de forma pacífica y así lo hacen ver de forma expresa e insistente así como lo demuestran con su ejemplar comportamiento.
Sol esta tarde estaba atestado de gente, entre acampados, concentrados, curiosos y viandantes; sin embargo, curiosamente, se circulaba mejor (repito que la organización es fantástica) que un día cualquiera de rebajas o navidad. La gran actividad comercial que rodea la acampadasol no se ve interferida ni perjudicada.
Se lleva tiempo oyendo que tenemos la generación de jóvenes mejor preparados de la historia, ahora es el momento de demostrarlo. También, que estaban dormidos, pues bién, han despertado. Y por lo que hemos podido apreciar, tienen la capacitación, las ganas y el convencimiento de que hay muchas cosas por cambiar, y se han puesto a ello.
Visto lo visto, yo les entragaba pasado mañana el gobierno de ayuntamientos y comunidades. Antes, desafiando prohibiciones estúpidas, reflexionarán juntos en Sol, y yo con ellos.
Para contestar a la pregunta hay que remontarse unos cuantos cientos de años atrás, concretamente a la época de Felipe III (1578-1621).
En la época era habitual denominar a las jovencitas como “pollas”. Hoy, esta expresión está en desuso, aunque figura en el diccionario, en favor de “tía” o “piba”.
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