Cómo matar el gusanillo

¿Tienes hambre y no sabes cómo matar el gusanillo?

Tómate un tentempié:

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O un aperitivo de mierda:

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Conga canina

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Profesores al borde de un ataque de nervios

Profesores al borde de un ataque de nervios, si no atacados ya.

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¿Quién es Adolfo Suárez?

¿Quién es Adolfo Suárez? Esta pregunta formulada hace 35 años tendría como respuestas posibles: guapo, tahur del Mississipi, traidor, incompetente.

Formulada hoy, la mayoría de las respuestas serían loas y alabanzas al ex presidente. Y preguntados los jóvenes, el resultado es lamentable. No tienen ni idea de quién es un personaje fundamental, para bien o para mal, de nuestra historia reciente, recientísima. ¿Quién es Adolfo Suárez?:

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Ya podemos hablar bien de Suárez

Adolfo Suárez, ahora sí, ha muerto. Una muerte anunciada antes de producirse, qué casualidad, horas antes de la macromanifestación del sábado.

Lo cierto es que Suárez ha muerto y ya podemos hablar bien de él. Porque antes ¿quién lo hacía? Muchos de los  que ahora le lloran antes lo insultaban, incluso algunos querían verle como está ahora: muerto.

suarez

Destacado es el caso del Borbón. Cierto es que fue el Rey quién le nombró Presidente por y para sorpresa de todos, pero cierto es también que fue el mismo Rey el que  montó un golpe de estado para quitárselo de en medio.

Suárez fue un mal político que hizo muchas cosas bien cuando todo estaba por hacer, pero también muchas cosas mal, además de las que no hizo. Odiado por la izquierda, por los propios centristas compañeros de coalición y por los poderes económicos. Y odiado a muerte por la derecha, la Iglesia y el Ejército.

Se ha muerto el hombre que pasará a la Historia como protagonista de la Transición que nos llevó de la Dictadura a la Democracia, justo en el momento que estamos recorriendo el camino inverso de la mano de los que entonces trataron de impedírselo, favorecidos por la imperfección del proceso.

Nunca tuvo Suárez una gran talla política, menos comparándola con la de su sucesor,  Felipe González. Pero desde la marcha de éste, su prestigio no ha hecho más que crecer progresivamente comparándolo con los que han venido después.

Con luces y sombras, ni tan canalla ni tan santo, lo que sí parece que fue Adolfo Suárez es un político honrado. Y eso es mucho en este país. No se aprovechó de su cargo en beneficio propio y cuando dejó la política, no fue para cobrar una suculenta gratificación de ninguna compañía, ni pública ni privada.

Es conveniente, justo y merecido que el Estado rinda honores a Suárez. Qué mejor lugar que el Congreso para tributarle homenaje, dónde el 23F dio una lección de dignidad, cualidad tan escasa en el Hemiciclo en los últimos tiempos. Pero es  hora de que el Estado deje de organizar funerales religiosos; éstos en la intimidad. Fue el propio Suárez (de fuertes convicciones religiosas) el que promovió un proceso constituyente que culminó con la Constitución, la cual establece un Estado laico y aconfesional. Qué se cumpla.

Ya podemos hablar bien de Suárez. Se espera en el Congreso la visita de la familia Alcántara para darle el último adiós.

Máquina bronceadora japonesa

Máquina bronceadorta japonesa. La gilipollez es notable.

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