La doctrina del shock: capitalismo del desastre

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Guerras, terrorismo, golpes de estado, crisis, todo responde a un elaborado plan de ingeniería social y económica –capitalismo del desastre– para  implantar un régimen de libre mercado extremo cuyo fin es desmantelar y saquear al Estado y apropiarse de los recursos naturales por parte de una élite muy minoritaria que acumula la riqueza y ejerce el verdadero poder en la sombra.

Así lo sostiene la periodista canadiense Naomi Klein (Montreal, 1970) en su libro “la doctrina del Shock publicado en el 2008. En él se respalda con un abundante material histórico la enorme cantidad de pueblos que en momentos de extrema fragilidad fueron azotados por una vuelta de tuerca hacia el libre mercado o bien, a una profundización de él.

La “Doctrina del Shock”, en términos generales, quiere significar que tanto los individuos como las sociedades ante situaciones de gran impacto, como son los desastres naturales o los golpes militares, se sumergen en un estado de gran vulnerabilidad y debilitamiento de su voluntad, volviéndose muy proclives a la voluntad de quien o quienes se levanten con mayor fuerza y decisión señalándoles un camino. Es precisamente en estos momentos en que el libre mercado penetra, comandado organizadamente por el autoritarismo político y militar. Las crisis provocadas –económicas, sociales o políticas—  y las catástrofes ambientales son usadas para introducir unas reformas neoliberales que han llevado a la demolición del Estado de Bienestar.

La “terapia de shock” se nutre  de estrategias de marketing, propaganda y falsificación de datos, tratando de demostrar que el mercado libre es la única vía para escapar de la decadencia económica y de la pobreza masiva, lo que en la práctica se demuestra de una absoluta falsedad.

La estrategia se basa en, primero, crear el pánico, para luego presionar a para que se adopten “terapias” económicas neoliberales. El Banco Mundial y el FMI se convierten entonces en instituciones supranacionales adaptadas al objetivo de limitar la soberanía popular y privar a los gobiernos nacionales de cualquier autonomía. Los programas económicos son, pues, confeccionados en Washington, pero su aplicación in situ viene garantizada por personal político “fiel a la causa”.

10571La historia de los países está llena de guerras autoinducidas, catástrofes naturales convertidas en oportunidades, autoatentados, etc. Todas ellas con el objetivo, directo o indirecto, de reactivar ciertos sectores productivos como la industria armamentista, el sector construcción, automovilístico, en fin, la economía en general. Surge así el “estado corporativista”, en donde una restringida elite pasa de una empresa a cargos públicos sin el menor respeto a las normas liberales contra el conflicto de intereses. El “capitalismo de los desastres” no puede sino seguir renovando la inseguridad social. La “guerra al terror” (11-S) se convierte así en la retórica tras la que ocultar la venta de la defensa nacional a las empresas privadas y el pleno control del petróleo (Afganistán, Irak).

, “La doctrina del shock. El auge del capitalismo de los desastres”.

El fantástico documental “la doctrina del Shock está basado en el libro de Naomi Klein.

Narra cómo los discípulos del ultra neoliberal Milton Friedman de la Escuela de Chicago, los “Chicago boys”, contrarios a ultranza de las políticas Keynesianas,  inspirándose en la práctica psiquiátrica de los electroshock que anulan al sujeto, lo trasladan al contexto socio económico. El primer país que sirvió de laboratorio fue Chile con el golpe de Estado de Pinochet y después Argentina con Videla y después…

Cualquier parecido con lo narrado y lo que está pasando en España no es pura coincidencia. La doctrina del shock en nuestro país se resume en el ¡qué se jodan! expresado por Andrea Fabra en el Parlamento.


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