Esperanza Aguirre a la hoguera
Suerte tiene Esperanza Aguirre de que no vivamos en la Edad Media porque merecería ser quemada en la hoguera por bruja. Suerte tiene que estemos anestesiados social y políticamente, porque se merece que la echemos del poder.
Lo último de esta indigna presidenta de la Comunidad de Madrid, es el desalojo de tres centros de atención a discapacitados psiquícos, dependientes de la CAM, sin previo aviso.
Los centros afectados son: el de Atención a Discapacitados Psíquicos de Arganda del Rey; el ocupacional Fray Bernardino Álvarez en la capital y el centro ocupacional Magerit, en el barrio de Carabanchel. En este se han encerrado la mayoría de los trabajadores del centro como protesta por la actuación de la Comunidad al haberles avisado del desalojo con tan solo 48 horas de antelación.
Con premeditación y sin aviso se dejan a 305 discapacitados en la calle, se les deja sin la formación y la ocupación que en esos centros llevaban a cabo para reubicarles en residencias de mayores, al igual que se reubicará a los trabajadores en otros centros.
La razón teórica de tan urgente desalojo es garantizar la seguridad de todos, mientras se lleva a cabo un estudio que determinará las causas del deterioro que sufren los centros. Por que dicen que están deteriorados, y será verdad, pero no lo estarán tanto como para existir un riesgo inminente para la seguridad de trabajadores y alumnos, sino no se entiende que en el año 2008 se gastasen 150.000 euros en un informe para la rehabilitación del centro Magerit y, después, dejarlo como estaba. Porque sería extremadamente grave que existiera riesgo cierto y haberlo ocultado manteniendo la actividad hasta ahora.
Esto es intuición, pero me temo que protestemos lo que protestemos el cierre va a ser efectivo, seguramente algún trabajador se quede en la calle por el camino y veremos cuantos de los discapacitados logran encontrar una plaza similar a la que disfrutaban. Con el paso del tiempo veremos si los centros desalojados son reformados y rehabilitados para continuar con la labor que en ellos se ejercían, o son destinados finalmente a otros fines, o peor aun, derribados y el suelo resultante usado para mejores obras y más lucrativas, para algunos.
Fuente: El País
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